La odontología preventiva se encarga de vigilar de cerca la salud oral del paciente mediante visitas regulares a la consulta y el estudio de sus hábitos con el fin de prevenir problemas y detectar a tiempo posibles patologías evitando así complicaciones y tratamientos más costosos.
Como siempre decimos el tratamiento más efectivo es aquel que no se tiene que realizar. Por eso en nuestra clínica somos fieles a los principios de la odontología preventiva y buscamos siempre mantener, controlar y restaurar la salud oral de nuestros pacientes.
Para ello es necesario llevar un control periódico del estado de la boca de los pacientes además de ser muy rigurosos con unos correctos hábitos de higiene dental y de estilo de vida para mantener la salud dental en el mejor estado posible.
En nuestra clínica invertimos mucho tiempo y esfuerzo en educar a los pacientes sobre salud dental, en enseñarles a mejorar su técnica de cepillado y de uso de productos de higiene dental así como en realizar todas las pruebas diagnósticas necesarias para detectar posibles problemas como las maloclusiones que a la larga pueden derivar en problemas más complejos de pérdida de dientes y otras enfermedades dentales.
En definitiva se trata de, mediante tratamientos sencillos y chequeos rutinarios, anticiparse a posibles enfermedades dentales y complicaciones que en un futuro posiblemente deriven en tratamientos más complejos y costosos con el consiguiente ahorro de costes para el paciente.
En nuestra clínica aplicamos estos principios desde la primera visita en la que estamos realizando de forma preventiva una evaluación de riesgo de caries por el paciente.
Así valoramos y hacemos observaciones clínicas, estudiamos los factores de predisposición a esta enfermedad que pueda tener el paciente, valoramos el nivel de hidratación, estudiamos la consistencia de la saliva, medimos el pH… Hacemos un test de saliva estimulada y averiguamos la capacidad amortiguadora que esa saliva tiene. Con todo esto somos capaces de anticiparnos a futuros problemas que pudieran surgir.
Esta vigilancia y control de la salud dental es recomendable que empiece a edades tempranas por lo que será mucho más efectiva cuanto antes comience el paciente a adquirir unos adecuados hábitos de higiene y a acudir de forma regular a chequear su estado de salud dental.
Es un error muy frecuente acudir al dentista sólo cuando se presenta dolor o los problemas dentales están ya en un estado avanzado.
Tanto tu salud dental como tu salud general y tu bolsillo te lo agradecerán.